¿Cuáles son las causas de una baja inteligencia emocional?

 ¿Cuáles son las causas de una baja inteligencia emocional?

Thomas Sullivan

La Inteligencia Emocional o Cociente Emocional (CE) es la capacidad de identificar, comprender y gestionar las emociones. Las personas con una Inteligencia Emocional elevada:

  • tener un alto nivel de autoconciencia
  • puede comprender sus estados de ánimo y sus emociones
  • pueden regular sus emociones
  • puede empatizar con los demás
  • puede consolar a los demás
  • puede influir en las personas
  • tener excelentes habilidades sociales

Por el contrario, las personas con baja inteligencia emocional:

Ver también: Temeroso-evitador vs displicente-evitador
  • falta de autoconciencia
  • son incapaces de comprender su estado de ánimo y sus emociones
  • tienen dificultades para gestionar sus emociones
  • no puede empatizar con los demás
  • no puede consolar a los demás
  • no puede influir en la gente
  • tienen escasas habilidades sociales

Ejemplos de baja inteligencia emocional

La baja inteligencia emocional se manifiesta en el comportamiento cotidiano de diversas maneras. Si observa la mayoría de los siguientes comportamientos en alguien, es un buen indicio de que carece de inteligencia emocional:

  • Dificultad para hablar de las emociones
  • Estallidos emocionales regulares
  • Dificultad para aceptar las críticas
  • Incapaces de expresar lo que sienten
  • Comportamientos socialmente inadecuados
  • No ser capaz de "leer la habitación" y las señales emocionales de los demás.
  • Dificultad para superar fracasos y contratiempos

La baja inteligencia emocional provoca

Esta sección explorará las causas más comunes de la baja inteligencia emocional. La baja inteligencia emocional puede ser el resultado de una condición médica como la alexitimia o el autismo. También puede ser consecuencia de una condición de salud mental o de una adicción.

Sin embargo, en esta sección quiero hablar de las causas de la baja inteligencia emocional en personas por lo demás normales y sanas.

1. Falta de conocimiento sobre las emociones

A la mayoría de la gente no se le enseña nada sobre las emociones. Nuestra sociedad y nuestros sistemas educativos ponen mucho más énfasis en desarrollar el Coeficiente Intelectual (CI) o la inteligencia académica de los alumnos.

¿El resultado?

Muchas personas tienen dificultades para expresar y comprender sus emociones. No pueden nombrarlas ni señalar qué las causa, y mucho menos gestionarlas.

2. Inteligencia intrapersonal baja

La inteligencia intrapersonal es la capacidad de comprender la vida interior. Las personas que están en sintonía con sus pensamientos y emociones suelen tener una inteligencia intrapersonal elevada.

Ver también: Por qué duele tanto la traición de los amigos

La inteligencia emocional es una consecuencia natural de una elevada inteligencia intrapersonal.

Cuanto más profundo puedas mirar dentro de ti, más profundo podrás mirar dentro de otra persona. A un nivel muy fundamental, los seres humanos son iguales. Tienen los mismos miedos, esperanzas, preocupaciones y sueños.

3. Falta de práctica

No basta con conocer las emociones. Una vez que entiendas qué desencadena las distintas emociones en ti y en los demás, tienes que poner en práctica la inteligencia emocional.

Como cualquier otra habilidad, la inteligencia emocional puede mejorarse con la práctica y la retroalimentación.

Supongamos que te comportas de una manera socialmente inapropiada. Los demás a tu alrededor se quejan de que tu comportamiento les molesta. Si tienen una inteligencia emocional alta, te dirán exactamente cómo les estás haciendo sentir.

Esto es un feedback negativo para ti. Eres capaz de ver lo que hiciste mal y ponerte en su lugar. Haces una nota mental para no repetir este comportamiento.

Pequeñas cosas como éstas se suman, y tu inteligencia emocional mejora con el tiempo.

4. Educación

Si te has criado en una familia en la que se desalentaba o castigaba hablar de las emociones, es probable que tengas una inteligencia emocional baja. Los hijos copian a los padres la mayoría de las veces. Si los padres manejan mal sus emociones, los hijos lo captan.

Muchos padres se interesan poco por la vida emocional de sus hijos. Les preguntan por las notas y todo, pero rara vez les preguntan cómo se sienten. Como resultado, crecen en un ambiente en el que creen que no es seguro hablar de sentimientos.

Al igual que sus padres, apenas comprenden sus emociones.

5. Una visión negativa de las emociones

¿Qué le viene a la mente cuando oye la palabra "emociones"?

Lo más probable es que la palabra tenga connotaciones negativas. Las emociones se consideran lo contrario de la lógica, algo que nuestra sociedad valora mucho. En muchos sentidos, las emociones son Lo contrario de la lógica. Cuando estamos bajo el dominio de emociones fuertes, es menos probable que seamos lógicos.

Pero, pero, pero...

Es fácil olvidar que las emociones tienen su propia lógica. Cuando somos lógicos con nuestras emociones, podemos entenderlas y gestionarlas mejor.

Nuestra sociedad valora la lógica porque nos ha aportado mucho. Hemos utilizado la lógica para comprender los fenómenos naturales y dominarlos.

Como las emociones se ven como lo contrario de la lógica, muchas personas no aplican la lógica a las emociones. En lugar de tratar las emociones como cualquier otro fenómeno natural que hay que entender a través de la razón, despreciamos las emociones como algo a lo que no se puede aplicar la lógica.

Se nos anima a esconder las emociones bajo la alfombra y a intentar ser más racionales.

La inteligencia emocional, como su nombre indica, consiste en aplicar la lógica o la inteligencia a las emociones. Ver las emociones como algo que está fuera del alcance de la lógica es una receta para una inteligencia emocional baja.

6. No ser detallista

La inteligencia intrapersonal consiste en ser detallista con uno mismo. Consiste en notar ligeros cambios en el estado de ánimo y la energía, determinar con precisión la causa de esos cambios y gestionarlos.

La inteligencia emocional no sólo consiste en ser consciente de estos cambios en uno mismo, sino también en ser sensible a los pequeños cambios emocionales de los demás, prestando atención a su lenguaje corporal, su tono de voz y sus niveles de energía.

Ser detallista con los demás te ayuda a comprenderlos mejor. Te das cuenta de los pequeños cambios que se producen en ellos y entiendes qué los provoca. Desarrollar y perfeccionar esta habilidad te permite conectar con ellos a un nivel emocional profundo.

7. Egoísmo

Los humanos estamos programados para ser egoístas. El egocentrismo es máximo en los niños, pero a medida que crecen, aprenden que los demás también tienen mente propia. Entienden que los demás también tienen pensamientos y emociones.

A medida que interactúan con más y más personas, las experiencias que viven suelen reforzar su empatía.

A pesar de ello, es fácil volver a nuestro yo primitivo y egoísta. Las personas con baja inteligencia emocional no tienen en cuenta las necesidades y emociones de los demás. Tienen una mentalidad egoísta, de ganar o perder.

En cambio, las personas maduras con un alto nivel de inteligencia emocional no desatienden las necesidades y emociones de los demás, sino que tienen una mentalidad en la que todos salen ganando.

Las relaciones laborales y sentimentales de mayor éxito son aquellas en las que las personas implicadas tienen una mentalidad en la que todos salen ganando. Desarrollar esta mentalidad requiere el máximo nivel de inteligencia emocional.

Thomas Sullivan

Jeremy Cruz es un psicólogo experimentado y autor dedicado a desentrañar las complejidades de la mente humana. Jeremy, apasionado por comprender las complejidades del comportamiento humano, ha estado involucrado activamente en la investigación y la práctica durante más de una década. Tiene un doctorado. en Psicología de una institución de renombre, donde se especializó en psicología cognitiva y neuropsicología.A través de su extensa investigación, Jeremy ha desarrollado una visión profunda de varios fenómenos psicológicos, incluidos la memoria, la percepción y los procesos de toma de decisiones. Su experiencia también se extiende al campo de la psicopatología, centrándose en el diagnóstico y tratamiento de los trastornos de salud mental.La pasión de Jeremy por compartir conocimientos lo llevó a establecer su blog, Comprender la mente humana. Al curar una amplia gama de recursos de psicología, su objetivo es brindar a los lectores información valiosa sobre las complejidades y los matices del comportamiento humano. Desde artículos que invitan a la reflexión hasta consejos prácticos, Jeremy ofrece una plataforma integral para cualquiera que busque mejorar su comprensión de la mente humana.Además de su blog, Jeremy también dedica su tiempo a la enseñanza de la psicología en una destacada universidad, nutriendo las mentes de los aspirantes a psicólogos e investigadores. Su atractivo estilo de enseñanza y su auténtico deseo de inspirar a otros lo convierten en un profesor muy respetado y solicitado en el campo.Las contribuciones de Jeremy al mundo de la psicología se extienden más allá de la academia. Ha publicado numerosos artículos de investigación en prestigiosas revistas, ha presentado sus hallazgos en conferencias internacionales y ha contribuido al desarrollo de la disciplina. Con su gran dedicación para avanzar en nuestra comprensión de la mente humana, Jeremy Cruz continúa inspirando y educando a lectores, aspirantes a psicólogos y colegas investigadores en su viaje para desentrañar las complejidades de la mente.