Cómo dejar de disociar (4 formas eficaces)
Tabla de contenido
La disociación es un fenómeno psicológico por el que una persona se siente desconectada de la realidad o de sí misma. La disociación se produce en un espectro que va de leve a grave.
La distracción y la ensoñación son ejemplos habituales de disociación leve, y te habrás dado cuenta de que suelen desencadenarse por molestias leves como el aburrimiento o la saturación de información.
La mente en blanco es otro ejemplo de disociación. Se desencadena por los dolorosos sentimientos de miedo y ansiedad que uno puede experimentar al dar un discurso o hablar con un enamorado.
Por ejemplo, en el trastorno de identidad disociativo, la identidad de una persona se disocia en dos o más identidades separadas.
¿Qué desencadena la disociación?
La disociación es la forma que tiene la mente de desconectar de una realidad dolorosa. Los seres humanos estamos fuertemente motivados para evitar el dolor. La disociación es un mecanismo de defensa que utiliza la mente para evitar verse abrumada por emociones negativas, como la ansiedad y el miedo.
Como tal, cualquier tipo de trauma puede desencadenar la disociación, tales como:
- Abuso
- Asalto
- Accidentes
- Catástrofes naturales
- Combate militar
La disociación es un síntoma común no sólo de los trastornos disociativos, sino también de los trastornos de ansiedad y del estado de ánimo.
Mientras que las disociaciones leves suelen ser inofensivas, las graves, especialmente las crónicas, pueden tener importantes consecuencias negativas.
Una vez que se ha producido un acontecimiento traumático, la disociación puede perdurar en la psique de las víctimas, que la han experimentado durante minutos, horas, días, meses e incluso años.
Los desencadenantes que recuerdan a una víctima traumatizada su pasado traen a la superficie recuerdos dolorosos que también pueden desencadenar la disociación. La disociación tiene este efecto indirecto por el que se desencadena ante cualquier situación que provoque miedo o ansiedad.
Así pues, la disociación puede convertirse en el mecanismo de supervivencia de la mente una vez que se desencadena el trauma. Ya nada en la vida de la víctima sigue siendo igual, es como si se encendiera un interruptor en su mente que le sigue desconectando de la realidad, o de sí mismo.
Ver también: ¿Qué es el insight learning? (Definición y teoría)Una forma rápida de experimentar la disociación es mirar fijamente algo durante mucho tiempo. Con el tiempo, la mente no puede tolerar la incomodidad de percibir los mismos estímulos repetidamente, lo que conduce a la disociación.
A veces experimento disociación cuando me miro en el espejo. Tengo la "sensación" temporal de que soy una entidad externa que ocupa mi cuerpo.
Tipos de experiencias disociativas
Existen dos tipos de experiencias disociativas:
- Despersonalización = Desconectar de uno mismo
- Desrealización = Desconectar del entorno
1. Despersonalización
En la despersonalización, la persona se siente ajena a su propio cuerpo, percepciones, acciones y emociones. Las personas que han experimentado despersonalización a veces sienten que flotan por encima de sus cuerpos.
En muy raras ocasiones, una persona no sólo percibe a su "doble", sino que interactúa con él.2
Otras experiencias de despersonalización incluyen:
Sensación de estar ausente o de ser irreal, miedo intenso, distorsión de la noción del tiempo, falta de aliento, visión borrosa, sensación de entumecimiento físico y emocional, acciones corporales que parecen suceder por sí solas, sensación de arrastrar el cuerpo (el espectro de la despersonalización).
2. Desrealización
En la desrealización, una persona se siente desconectada de su entorno y de otras personas hasta el punto de que el mundo que le rodea parece irreal. Algunos dicen que el mundo se siente apagado y gris.
Una vez experimenté una desrealización durante una inundación que sumergió casi todas las zonas alrededor de nuestra localidad. Al mirar los tejados de las casas sumergidas, sentí que me había transportado a otro mundo falso.
La desrealización es una forma de negación de la realidad actual. La realidad actual es demasiado dolorosa para que la mente la procese, así que la mente la distorsiona.
Cómo detener la disociación
Si experimentas disociaciones leves de vez en cuando, no tienes por qué preocuparte. La disociación se convierte en un problema sólo cuando es grave y crónica. Como puedes imaginar, estar constantemente "desconectado" puede perjudicar todos los ámbitos de la vida.
A continuación se indican las distintas formas de detener la disociación:
1. Técnicas de puesta a tierra
Estas técnicas están diseñadas para que vuelvas a tu mente y a tu cuerpo. Esto suele hacerse activando uno o más sentidos. Algunos ejemplos de técnicas de conexión a tierra son:
- Mirar algo visualmente atractivo
- Degustar algo sabroso
- Describir los sonidos que oyes
- Tocar algo caliente o frío
- Oler algo fuerte
- Mover el cuerpo
Cuando involucras tus sentidos, vuelves a meterte en tu cabeza, lo que te permite liberarte de una sesión de disociación.
Todos hemos hecho algo de grounding alguna vez. Digamos que estamos comiendo con alguien, y parece que ha hecho un viaje por el carril de los recuerdos. Entonces hacemos intervenir su sistema sensorial visual agitando las manos delante de sus ojos.
2. Recordar la función de disociación
Cuando la gente experimenta una disociación grave, se asusta y se confunde porque no ha experimentado nada parecido. Recordarse a uno mismo el propósito de la disociación es una buena forma de enfrentarse a ella. Hay que dejar que haga su trabajo y, cuando termine, se irá.
Lo difícil de enfrentarse a la disociación es que estás enfrentándote a un mecanismo de afrontamiento. Cuando comprendes el propósito de la disociación, luchas menos contra ella.
En lugar de luchar contra la disociación, la ves como una señal de que hay algún dolor en tu vida al que tienes que enfrentarte. Algún problema sin resolver que hay que resolver. Algún miedo sin afrontar que hay que afrontar.
Afrontar el dolor nos proporciona información valiosa sobre nosotros mismos. Nos dice lo que tenemos que arreglar en nuestras vidas. El propósito de la disociación es evitar el dolor, por muy útil que sea afrontar ese dolor. Deja que haga su trabajo. Puedes profundizar en el dolor más tarde.
"Tu dolor es la ruptura de la cáscara que encierra tu comprensión".
- Kahlil Gibran, El Profeta3. Tratamiento de los traumatismos no tratados
El trauma tiende a permanecer en nuestra psique porque no se procesa. Un procesamiento sano del trauma significa darle sentido para poder hacer las paces con él y seguir adelante.
Por supuesto, esto no es pan comido. Adquirir conocimientos y buscar ayuda de profesionales competentes puede ser inmensamente útil.
Cuando sanes tu trauma y puedas dejar atrás tu pasado, podrás empezar a sentirte seguro de nuevo. La disociación no puede coexistir con la seguridad y la comodidad. Desaparecerá cuando tu mente ya no sienta la necesidad de protegerte.
4. Desarrollar un fuerte sentido de sí mismo
Si eres un lector habitual de esta página, sabrás que he hablado un millón de veces de la importancia de un fuerte sentido del yo. La disociación fragmenta el yo: a veces temporalmente y a veces durante mucho tiempo.
Lo rápido que se reintegre tu yo dependerá de lo resistente que sea. Si tienes un yo frágil, será fácil que se desintegre.
La disociación es la etapa inicial de la compartimentación. Cuando te disocias, tu mente comienza el proceso de crear una identidad separada con una memoria separada. La mente intenta compartimentar los recuerdos dolorosos en este banco de memoria recién creado para que "tu" memoria no tenga que lidiar con ellos.
Por lo tanto, la disociación provoca alteraciones en el yo e interrumpe el desarrollo sano del yo.3
Ésta es una de las razones por las que las personas que experimentan disociación y trauma también tienen baja autoestima. No tienen claro quiénes son y qué quieren.
Ver también: Decodificación de la expresión facial de tristezaCuando tienes un fuerte sentido de ti mismo, puedes resistir mejor las fuerzas disociadoras de la disociación.
Referencias
- Boysan, M., Goldsmith, R. E., Çavuş, H., Kayri, M., & Keskin, S. (2009). Relaciones entre ansiedad, depresión y síntomas disociativos: la influencia del subtipo de abuso. Journal of Trauma & Disociación , 10 (1), 83-101.
- Cardefia, E. (1994). El dominio de la disociación. Disociación: perspectivas clínicas y teóricas , 15-31.
- Carlson, E. A., Yates, T. M., & Sroufe, L. A. (2009). Disociación y desarrollo del yo.