La hipervigilancia procede del griego "hyper", que significa "sobre", y del latín "vigilantia", que significa "vigilia".

La hipervigilancia es un estado mental en el que una persona escanea su entorno en busca de posibles amenazas. Una persona hipervigilante nota el más mínimo cambio en su entorno y lo percibe como una amenaza potencial.

La hipervigilancia y la ansiedad van de la mano. La ansiedad es el resultado de no estar preparado ante una amenaza inminente. La hipervigilancia es también uno de los síntomas del trastorno de estrés postraumático, una afección derivada de una amenaza pasada.

¿Cuáles son las causas de la hipervigilancia?

La hipervigilancia es una respuesta biológica al estrés o al peligro. Cuando un organismo se ve amenazado, su sistema nervioso intenta protegerlo induciéndole un estado de hipervigilancia.

La hipervigilancia es, por tanto, una respuesta de supervivencia que permite a un organismo explorar su entorno en busca de amenazas. Si un animal no se alerta ante la presencia de un depredador, tiene más probabilidades de ser devorado.

El estado de hipervigilancia puede ser temporal o crónico.

Todos hemos experimentado un estado temporal de hipervigilancia tras ver una película de terror o escuchar una historia de fantasmas. La película y la historia nos asustan y nos llevan a un estado temporal de hiperalerta.

Buscamos fantasmas en nuestro entorno y a veces confundimos un abrigo en el armario con un fantasma.

Lo mismo ocurre cuando alguien es mordido por una serpiente y luego confunde un trozo de cuerda con una serpiente.

La mente comete estos errores perceptivos para protegernos del peligro. Es mejor para la supervivencia ver una serpiente donde no la hay que no ver ninguna donde sí la hay.

En la hipervigilancia crónica, la hipervigilancia dura mucho tiempo, a veces incluso toda la vida. La hipervigilancia crónica suele estar inducida por traumas, sobre todo infantiles.

Las personas que han presenciado los horrores de la guerra y las catástrofes naturales o que han sufrido malos tratos tienen un nivel básico de hipervigilancia y ansiedad que funciona constantemente en segundo plano.

Es como una pestaña de tu ordenador que no puedes cerrar.

Ejemplos de hipervigilancia

La hipervigilancia puede manifestarse de forma única en una persona en función de lo que su mente haya aprendido que es peligroso en el pasado.

Por ejemplo:

• Alguien a quien sus padrastros encerraron en una habitación estrecha en la infancia puede tener claustrofobia a los espacios pequeños y cerrados.
• Un veterano de guerra puede asustarse y esconderse debajo de la cama cuando oye un ruido fuerte.
• Alguien que ha sido víctima de un ataque racial puede sentirse incómodo en presencia de personas de la misma raza que su agresor.

Las personas hipervigilantes tienen un umbral inferior para la detección de amenazas en comparación con las personas normales, como se muestra en el siguiente gráfico:

Dependiendo de la situación, la hipervigilancia puede ser buena o mala. Las personas hipervigilantes a menudo experimentan problemas en sus carreras y relaciones. Tienden a reaccionar de forma exagerada, viendo amenazas donde no las hay. Otros sienten que tienen que andar con pies de plomo a su alrededor.

Al mismo tiempo, la hipervigilancia puede ser un superpoder: las personas hipervigilantes pueden detectar amenazas que las personas normales tienden a pasar por alto.

Realizar la prueba de hipervigilancia

Esta prueba consta de 25 ítems en una escala de 4 puntos que van desde Nunca a Muy a menudo Cuando realice la prueba, asegúrese de no haber estado recientemente en una situación amenazadora que pueda distorsionar los resultados.

Sus resultados sólo le aparecen a usted y no se almacenan en nuestra base de datos.

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