¿Por qué me siento fracasado?" (9 razones)

 ¿Por qué me siento fracasado?" (9 razones)

Thomas Sullivan

Seguro que ya estás harto de que los oradores motivacionales y los entrenadores del éxito digan constantemente cosas como:

"¡El fracaso es el trampolín hacia el éxito!"

"¡El éxito es el fracaso vuelto del revés!"

"¡No tengas miedo a fracasar!"

Siguen repitiendo estos mensajes porque dicen la verdad. También porque se enfrentan constantemente a una tendencia muy arraigada en la mente humana: la tendencia a sentirse mal cuando se fracasa.

A menos que hayas interiorizado totalmente creencias positivas sobre el fracaso, te se sentirte mal cuando fracasas. Va a ocurrir. Seguro que pensarás o escucharás algo motivador para recuperarte, pero no se ser algo de lo que recuperarse.

Por qué el fracaso sienta mal

Los humanos somos mamíferos sociales y cooperativos. En cualquier grupo cooperativo, la valía de cada miembro viene determinada por su contribución al grupo. De ahí que obtengamos nuestra autoestima principalmente del valor que añadimos a la sociedad.

No queremos hacer nada que nos haga quedar mal.

El fracaso nos hace quedar mal. Comunica que somos incompetentes. Cuando los demás conocen nuestra incompetencia, nos valoran menos. Cuando nos valoran menos, nosotros también nos valoramos menos.

Todos los consejos y la sabiduría en torno al fracaso deben repetirse sin cesar porque a tu mente subconsciente, impulsada por las emociones, le importa mucho tu posición social.

Ver también: Resolución de problemas en sueños (ejemplos famosos)

La pérdida de estatus social inducida por el fracaso es la principal razón por la que nos sentimos mal cuando fracasamos. Piénsalo: ¿te sentirías fracasado y te avergonzarías de tus fracasos si vivieras solo en una isla?

Por qué nos sentimos fracasados: Razón fundamental

Sentirse fracasado es todo un paquete que viene acompañado de emociones poderosas como la vergüenza, el bochorno, la ira, la decepción y el miedo, siendo la vergüenza la más importante.

Estos sentimientos le alertan de una pérdida de estatus que acaba de ocurrir en tu vida. Tu mente quiere que arregles lo que sea que salió mal. Más que eso, quiere que te detengas y dejes de avergonzarte.

Y eso es lo que hacemos.

Cuando fracasamos, tendemos a dejar de hacer lo que estamos haciendo casi de inmediato. Algunas personas se sienten tan humilladas que no pueden esperar a abandonar la escena.

Cuando eso ocurre, el trabajo de "sentirse fracasado" está hecho. Se ha frenado la pérdida de estatus y respeto. Ahora podemos volver a la mesa de dibujo y averiguar cómo volver a quedar bien con la gente.

Acabo de darte el mecanismo psicológico que hay detrás de los cientos de historias de éxito que oyes.

Fracaso: ¿rasgo o estado?

El principal problema al que se enfrenta la gente cuando se trata de fracasar es identificarse con sus fracasos. Cuando fracasan, piensan que tienen la culpa, que algo les pasa.

Cuando fracasan una y otra vez, ven el fracaso como un rasgo estable, no como un estado temporal. Ésta es la raíz de por qué el fracaso es tan duro.

Pero, ¿por qué ocurre?

Pues porque otros también lo hacen.

Cuando ves a alguien fracasar, lo más probable es que pienses que es un fracasado. Puede que incluso le juzgues, pero no quieres que te juzguen cuando fracasas tú. Este aspecto ridículo e hipócrita de la naturaleza humana se remonta a la forma en que somos especies sociales.

Nuestros antepasados tenían que tomar decisiones rápidas sobre el valor de los miembros de su grupo. Si tardaban demasiado, por ejemplo, en decidir si alguien era un buen cazador o no, no sobrevivirían.

Si traen carne Son buenos
Si son atractivos Están sanos
Si son poco atractivos No son saludables
Si sonríen Amistosos

Estos juicios les ayudaban a tomar decisiones rápidas que favorecían la supervivencia y la reproducción. No podían permitirse perder demasiado tiempo razonando sobre estas cosas. De hecho, la parte racional del cerebro evolucionó mucho más tarde.

Juzgar un libro por su cubierta fue una estrategia evolutiva rápida y valiosa para evitar costosos errores de supervivencia y reproducción.

De ahí que la gente tienda a atribuir a la personalidad lo que en realidad es un acontecimiento (el fracaso). Se toman el fracaso como algo personal y lo convierten en parte de su personalidad.

Razones para sentirse fracasado

Algunas tendencias de las personas contribuyen a que se sientan fracasadas o lo empeoran. Repasemos estas tendencias y cómo afrontarlas racionalmente.

1. Expectativas poco realistas

En un arrebato de desesperación por elevar su estatus social a la luna, la gente suele fijarse expectativas poco realistas para sí misma. Y lo que es peor, también se fijan expectativas poco realistas para los demás.

"Mi hijo será médico". Un padre

"Este año lo superarás, estoy seguro". Un profesor

¿Podemos parar un momento y preguntarle al niño qué quiere?

El pobre niño crece con esta carga de las expectativas de los demás y se siente fracasado al no cumplirlas.

Esto también se aplica a los adultos.

Llega el año nuevo y la gente dice: "Este año voy a conquistar el mundo".

Cuando pronto descubrimos que no hemos conquistado el mundo, nos sentimos fracasados.

Cómo afrontarlo:

Ver también: 22 Señales dominantes del lenguaje corporal

Puedes tener sueños poco realistas, pero tienes que tener objetivos prácticos. Si estableces objetivos razonables y alcanzables, te alegrarás cuando veas pruebas de progreso.

En lugar de marcarte como objetivo unos abdominales de infarto para el mes que viene, ¿qué tal si te pones como meta perder 5 kilos?

2. Perfeccionismo

El perfeccionismo es una palabra maldita en el mundo del emprendimiento, y por una buena razón. Si te empeñas en hacer las cosas perfectas, perderás el tiempo y puede que nunca lo consigas. Acabarás sintiéndote un fracasado.

Cómo afrontarlo:

Lo perfecto es enemigo de lo bueno, y todo lo que necesitas es bueno. Intentar ser perfecto es predisponerte al fracaso. Como dijo el exitoso podcaster John Lee Dumas en un libro: "Hay que tener asco al perfeccionismo".

3. Comparación social

Fracasar ante los demás no es la única forma de perder estatus. La gente pierde estatus todo el tiempo cuando se compara con los demás. Incluso las personas con un estatus elevado lo pierden cuando caen en la trampa de compararse con los demás.

La comparación social ascendente, es decir, compararse con otros que son mejores que uno, es algo natural en los seres humanos. Es lo que impulsa el síndrome de la hierba más verde y la emoción de los celos.

Compararse con los demás y sentir envidia motiva para llegar a su nivel. No es del todo malo. Pero la mayoría de la gente, en lugar de sentirse inspirada, siente envidia. Comparado con el suyo, el alto estatus de la otra persona le hace sentirse de bajo estatus e impotente.

La gente participa en este juego de estatus todo el tiempo en las redes sociales. Ven a alguien publicando sobre su fabulosa vida, se sienten menos y publican algo sobre su propia vida increíble.

Es ingenuo pensar que la gente sólo comparte sus éxitos en las redes sociales para compartir su emoción o inspirar a los demás. Siempre existe ese lado oscuro de la naturaleza humana que impulsa este comportamiento. El lado oscuro que desea la superioridad sobre los demás y quiere hacerles quedar mal.

Cómo afrontarlo:

Este juego no tiene fin porque casi nadie experimenta lo maravilloso de la vida todo el tiempo. Todos pasamos por los altibajos de la vida. Además, nadie puede ser bueno en todo, nadie puede tenerlo todo.

No importa lo bueno que seas, siempre habrá alguien mejor. No puedes competir con todas y cada una de las cualidades, aficiones o intereses de todas las personas que conoces.

En lugar de caer en esta trampa de la comparación, ¿qué tal si nos centramos en nosotros mismos y averiguamos qué tenemos que hacer para llegar al siguiente nivel?

4. Rechazo

Cuando alguien nos rechaza, no nos considera lo suficientemente valiosos como para estar con nosotros o hacer negocios con nosotros. La pérdida de valor equivale a la pérdida de estatus, y nos sentimos fracasados.

Cómo afrontarlo:

El éxito en cualquier empresa es un juego de números. No necesitas un millón de personas que te valoren. Esa única persona que decide estar contigo o esa única persona que hace negocios contigo puede tener consecuencias que te cambien la vida.

Que te rechacen es señal de que lo estás intentando, lo cual es mejor que no intentarlo.

5. Síndrome del impostor

El síndrome del impostor se produce cuando eres valioso para todos los que te rodean menos para ti. Te sientes un fraude y te preocupa que te descubran. Te sientes indigno del estatus y el éxito que has alcanzado.

Cómo afrontarlo:

El síndrome del impostor se desencadena cuando superamos nuestras propias expectativas. Tienes que recordarte a ti mismo que si realmente no lo merecieras, no estarías donde estás.

6. Lucha contra tu naturaleza

La naturaleza humana es poderosa y determina casi todo lo que hacemos. Tiene millones de años de evolución detrás. A menudo, es imposible superarla con mera fuerza de voluntad.

Por eso los malos hábitos son tan difíciles de superar. Cuando nos quedamos atascados en nuestros malos hábitos, sentimos que hemos fracasado.

Sabes que esa galleta de chocolate es terrible para ti, pero tu mente simplemente no puede resistirse a ella. A tu mente le encantan los alimentos ricos en calorías porque le ayudaron a sobrevivir en la antigüedad.

Cómo afrontarlo:

Si quieres hacer un cambio positivo en tu vida, puedes aprovechar tu poderosa naturaleza.

Por ejemplo, tienes que eliminar todos los alimentos poco saludables de tu entorno para comer sano. Es mucho más fácil evitar la tentación que resistirse a ella.

Del mismo modo, puedes aprovechar el amor de tu mente por la dopamina recompensándote cuando alcances tus objetivos.

7. Dejar de fumar demasiado pronto

Llegar a ser bueno en cualquier cosa que merezca la pena lleva tiempo. Mucha gente sigue probando cosas diferentes sin llegar a dominar ninguna de ellas. Ser el comodín de todos los oficios y el maestro de ninguno disminuye la confianza.

Cómo afrontarlo:

Domina una o dos cosas y aprende lo básico de otras cosas esenciales. Cuando dominas algo, te elevas por encima de la multitud (ganas estatus). Tu confianza aumenta.

8. Sentirse abrumado

Cuando tienes mucho que hacer y hay cientos de cosas que reclaman tu atención, te sientes abrumado. La abrumación te paraliza y te hace recaer en los malos hábitos. Te lleva a perder la sensación de control y a sentirte fracasado.

Cómo afrontarlo:

Cuando te sientas abrumado, necesitas dar un paso atrás en tu vida para tener una visión global de la misma. Necesitas hacer ajustes y reorganizar las cosas. En lugar de no hacer nada, incluso un pequeño acto como hacer la cama puede hacerte sentir mejor.

Esa sensación de obtener una pequeña victoria evitará que te sientas fracasado.

9. Creencias limitadoras

Una creencia limitante es una creencia que limita tu potencial, haciéndote creer que no puedes hacer cosas. Proviene de no hacer cosas y de nuestras experiencias pasadas.

Las constantes críticas y reproches de padres, profesores y otras figuras de autoridad pueden hacer que interiorices creencias limitadoras.

Puedes comprobar si tienes o no creencias limitantes saliendo de tu zona de confort. Cuando lo hagas, las voces de tus creencias limitantes te perseguirán:

"No puedes hacer eso".

"¿Me tomas el pelo?"

"¿Quién te crees que eres?"

"No sirves para nada".

Cómo afrontarlo:

Este es quizá el reto más difícil de superar de esta lista, pero se puede hacer. La clave para acallar todas esas voces es darle a tu subconsciente suficientes pruebas de que están equivocadas.

La mera repetición de afirmaciones no puede superar la autoconversación negativa.

Tienes que salir de tu zona de confort y hacer las cosas que tus creencias limitantes dicen que no puedes hacer. Eso funcionará como echar agua al fuego.

Analice sus fracasos

Una forma estupenda de evitar tomarse los fracasos como algo personal es analizarlos. El análisis de los fracasos es necesario si quieres aprender de ellos. De lo contrario, no progresarás.

Pregúntate qué pasó. Descríbelo con detalle. Luego pregúntate por qué pasó. A menudo, descubrirás que la razón por la que pasó no tenía nada que ver contigo como persona.

Thomas Sullivan

Jeremy Cruz es un psicólogo experimentado y autor dedicado a desentrañar las complejidades de la mente humana. Jeremy, apasionado por comprender las complejidades del comportamiento humano, ha estado involucrado activamente en la investigación y la práctica durante más de una década. Tiene un doctorado. en Psicología de una institución de renombre, donde se especializó en psicología cognitiva y neuropsicología.A través de su extensa investigación, Jeremy ha desarrollado una visión profunda de varios fenómenos psicológicos, incluidos la memoria, la percepción y los procesos de toma de decisiones. Su experiencia también se extiende al campo de la psicopatología, centrándose en el diagnóstico y tratamiento de los trastornos de salud mental.La pasión de Jeremy por compartir conocimientos lo llevó a establecer su blog, Comprender la mente humana. Al curar una amplia gama de recursos de psicología, su objetivo es brindar a los lectores información valiosa sobre las complejidades y los matices del comportamiento humano. Desde artículos que invitan a la reflexión hasta consejos prácticos, Jeremy ofrece una plataforma integral para cualquiera que busque mejorar su comprensión de la mente humana.Además de su blog, Jeremy también dedica su tiempo a la enseñanza de la psicología en una destacada universidad, nutriendo las mentes de los aspirantes a psicólogos e investigadores. Su atractivo estilo de enseñanza y su auténtico deseo de inspirar a otros lo convierten en un profesor muy respetado y solicitado en el campo.Las contribuciones de Jeremy al mundo de la psicología se extienden más allá de la academia. Ha publicado numerosos artículos de investigación en prestigiosas revistas, ha presentado sus hallazgos en conferencias internacionales y ha contribuido al desarrollo de la disciplina. Con su gran dedicación para avanzar en nuestra comprensión de la mente humana, Jeremy Cruz continúa inspirando y educando a lectores, aspirantes a psicólogos y colegas investigadores en su viaje para desentrañar las complejidades de la mente.