Gran parte del comportamiento humano obedece a motivos y objetivos inconscientes de los que no solemos ser conscientes. Algunos van un paso más allá y afirman que no tenemos libre albedrío.

Si tenemos o no libre albedrío no es el tema de mi discusión, sino que me gustaría arrojar algo de luz sobre la naturaleza de los objetivos y motivos inconscientes para que puedas ser más consciente de ellos.

Los objetivos inconscientes son aquellos de los que no somos conscientes, pero son los verdaderos motores de muchos de nuestros comportamientos.

Por lo tanto, la motivación que nos permite alcanzar este tipo de objetivos se conoce como motivación inconsciente. (ver mente consciente vs mente subconsciente)

Cómo se desarrollan los objetivos inconscientes

Los objetivos inconscientes se desarrollan como resultado de nuestras experiencias pasadas. Toda la información a la que hemos estado expuestos desde el momento de nuestro nacimiento hasta este momento se almacena en nuestra mente inconsciente y en base a esta información nuestra mente inconsciente ha creado algunas creencias y necesidades.

Estas creencias y necesidades son las principales fuerzas motrices de nuestro comportamiento, seamos o no conscientes de ellas.

La mente consciente está diseñada para ocuparse únicamente del momento presente y, por tanto, no es consciente de las actividades que la mente inconsciente está llevando a cabo en segundo plano. De hecho, la mente consciente hace todo lo posible por disminuir su carga de trabajo cediendo las tareas a la mente inconsciente. Por eso los hábitos, cuando se repiten un número suficiente de veces, se vuelven automáticos.

Cuando se vive una experiencia, no se pasa por ella sin más y se olvida. Aunque se haya pasado página conscientemente, la mente inconsciente está intentando dar sentido a la información que acaba de recibir. O bien refuerza una creencia preexistente con esta nueva información, o bien la cuestiona, o bien forma una creencia completamente nueva.

En muchos otros casos, rechaza por completo la información que no coincide con sus creencias preexistentes, pero es menos probable que eso ocurra en la etapa infantil, en la que somos muy receptivos a la información nueva y acabamos de empezar a formar creencias.

La cuestión es que tu pasado te afecta y a veces de formas de las que ni siquiera eres consciente. Muchas creencias que guían tus acciones presentes son producto de tu pasado.

Analicemos un caso típico de objetivo inconsciente y motivación inconsciente para dejar las cosas claras... Andy era un matón que no paraba de acosar a otros chicos allá donde iba. Le echaron de muchos colegios y siguió causando problemas también en la universidad.

Tenía muy mal genio y recurría a la violencia a la menor provocación. ¿Cuál era la motivación del comportamiento de Andy?

Es muy fácil tacharle de agresivo y de alguien que necesita controlar su ira, pero sólo si indagamos un poco más en el pasado de Andy podremos averiguar las verdaderas razones de su comportamiento.

Por qué Andy se convirtió en un matón

Cuando Andy tenía 9 años, fue acosado en la escuela por primera vez. Luego siguieron una serie de incidentes en los que fue acosado y estos incidentes fueron obviamente muy dolorosos y se sintió humillado.

Estaba herido emocionalmente y su autoestima quedó dañada. No supo cómo afrontarlo y pensó que pronto lo olvidaría y seguiría adelante.

Nuestra mente inconsciente es como un amigo que vela por nosotros y se asegura de que seamos felices y estemos libres de dolor.

Andy no sabía cómo hacer frente a su situación, pero su mente inconsciente estaba trabajando en secreto en un plan de defensa.

La mente inconsciente de Andy comprendió que ser acosado es perjudicial para su autoestima, así que tuvo que asegurarse de que Andy no volviera a ser acosado (ver motivación de evitación del dolor).

Así que, ¿cuál fue el plan que se le ocurrió? "¡Intimida a los demás antes de que te intimiden a ti! Protégete a ti mismo dominándoles y demostrándoles que no es contigo con quien deberían meterse". No digo que todos los intimidadores intimiden porque han sido intimidados, pero esa es la historia de la mayoría de los intimidadores.

El truco funcionó y Andy apenas sufrió acoso porque él mismo se convirtió en acosador y nadie acosa a un acosador. Pero este comportamiento le causó muchos problemas.

Él mismo no entendía por qué lo hacía hasta que un día se topó con un artículo como éste y comprendió su motivación inconsciente detrás del acoso a los demás. Entonces las cosas empezaron a cambiar y empezó a curar su herida emocional. La conciencia es la clave del cambio.