¿Por qué me desagrada alguien instintivamente?

 ¿Por qué me desagrada alguien instintivamente?

Thomas Sullivan

Es lógico que alguien te caiga mal cuando te ha hecho algo malo, pero ¿por qué te iba a caer mal alguien que no te ha hecho ningún daño? Sabes que no tienes motivos para odiarlo, pero aun así lo haces.

¿Qué es lo que pasa?

Lo primero que hay que saber sobre este fenómeno es que no existe tal cosa como odiar a alguien sin motivo. La mente no funciona así.

Para generar el sentimiento de desagrado por alguien, la mente necesita algún input, algún estímulo. Cuando alguien te desagrada instintivamente, puede parecer que te desagrada sin motivo, pero la realidad es que siempre hay un motivo, por sutil que sea.

El hecho de que alguien te caiga mal se produce instintivamente en el subconsciente, por lo que parece que no hay ninguna razón detrás. Sin embargo, si indagaras un poco más, seguro que descubrirías un motivo.

¿Por qué alguien nos cae mal al instante?

Imagina que vas conduciendo por una autopista, escuchando música. Ves un obstáculo en la carretera y rápidamente desvías el coche hacia un lado. Todo ocurre en un abrir y cerrar de ojos. Tu mente consciente intenta procesar lo ocurrido tras el suceso.

Más tarde, te enteras de que había un vertido de petróleo en la carretera que hacía que pareciera un bache gigante.

Basándose en lo que registraba su subconsciente ("¡Peligro! ¡Bache adelante!"), hizo un juicio y tomó una decisión precipitados.

Si efectivamente fuera un bache gigante, estarías en serios problemas.

Nuestra mente no quiere arriesgarse con sucesos que pueden poner en peligro la vida, y lo mismo ocurre con las personas amenazantes.

Casi siempre, cuando alguien nos cae mal instintivamente, es un bache percibido que intentamos evitar rápidamente. Representa una amenaza para nosotros.

El odio es un mecanismo de defensa de la mente para protegernos de amenazas percibidas o reales.

Cuando alguien te cae mal al instante, has tomado una decisión precipitada de que es una amenaza basándote en una información mínima.

Ver también: Test de la pareja maltratadora (16 items)

Razones por las que alguien nos cae mal instintivamente

En esta sección analizaremos por qué llegamos a juicios precipitados sobre las personas que acabamos de conocer:

1. Son diferentes

Los humanos son propensos a prejuicios hacia grupos externos Percibimos a los que son diferentes a nosotros de cualquier manera como grupos externos. Las diferencias pueden ser grandes o pequeñas, no importa.

En el momento en que das a otro ser humano la más mínima indicación de que eres diferente a él, es el momento en que le caes mal.

Los humanos estamos predispuestos a querer a nuestra propia tribu y a crear vínculos con ella. En tiempos ancestrales, las tribus extranjeras suponían una amenaza para las tribus humanas. Por eso, tenemos mecanismos psicológicos que nos hacen desconfiar de otras tribus diferentes.

Por supuesto, la forma más fácil de detectar una diferencia entre tú y ellos es la apariencia. Si alguien tiene un aspecto diferente, sientes que pertenece a una tribu distinta y hostil. Ésta es la base del nacionalismo, el racismo, la supremacía racial, los prejuicios y la discriminación.

Pero no se limita a la apariencia.

Las tribus ancestrales también compartían valores y creencias comunes. Tenían una identidad cultural que las separaba de otras tribus. Por eso, incluso hoy en día, cuando la gente se encuentra con personas con puntos de vista diferentes a los suyos, les desagradan.

También es la razón por la que el desacuerdo educado es tan difícil y una rareza en los debates y discusiones públicas. Cuando no estás de acuerdo con alguien, estás diciendo efectivamente:

"No estoy de acuerdo con tus creencias. No soy de tu tribu".

Por supuesto, utilizando tu mente consciente, puedes superar este sesgo. Por eso la educación es tan valiosa.

2. Compiten contigo

En tiempos ancestrales, los humanos se enfrentaban a amenazas no sólo de tribus extranjeras, sino también de los miembros de su propia tribu. En cualquier tribu, los individuos competían entre sí para elevar su estatus social.

Ver también: Cómo romper un vínculo traumático

Un estatus más alto significaba más acceso a los recursos y mejores oportunidades de supervivencia y reproducción.

Cuando te encuentras con alguien que compite contigo por lo que quieres, instintivamente te cae mal.

Podría ser:

  • Un compañero de trabajo más inteligente que podría ser más listo que tú y rendir mejor
  • Un compañero de trabajo que trabaje más que tú
  • Un compañero de trabajo adulador que intenta ganarse los favores de tu jefe
  • Una persona atractiva cortejando a tu enamorado

Todos nos sentimos amenazados por la competencia, y este sentimiento de amenaza se transforma fácilmente en antipatía u odio. Aunque los ejemplos anteriores son obvios, esto también puede ocurrir de forma sutil.

Por ejemplo, si tienes un amigo íntimo y de repente empieza una relación, su pareja compite contigo por la atención de tu amigo.

Puede que te desagrade su nueva pareja sin motivo.

Los celos suelen ser un motivo importante para que alguien te caiga mal sin razón aparente. Los celos son el resultado de una comparación social ascendente. Ves a alguien que es mejor que tú o que tiene lo que tú quieres, y sientes celos.

Como los celosos saben que no pueden competir directamente, intentan indirectamente hundir a los que son mejores que ellos criticándolos o troleándolos.

3. Le recuerdan a algo amenazador

Nuestras mentes son máquinas de asociación. Nuestros recuerdos son esencialmente una red de asociaciones.

Cuando recibes esas malas "vibraciones" de alguien sin saber por qué, puede ser que te haya recordado una experiencia negativa anterior.

Por ejemplo, su nariz puede haberte recordado a un tío que abusó de ti de pequeño.

Cualquier señal que emitan que le recuerde una experiencia negativa anterior podría desencadenar su aversión, como su:

  • Estilo de conversación
  • Acento
  • Estilo de marcha
  • Apariencia
  • Manierismos
  • Hábitos

4. Le han amenazado previamente

No tenemos acceso a todos nuestros recuerdos todo el tiempo. Sería tan abrumador si pudiéramos hacerlo.

Si alguien te hizo daño hace mucho tiempo, es posible que lo hayas olvidado e incluso que hayas apartado a esa persona de tu vida.

Cuando de repente vuelves a encontrarte con esa persona, años después, te das cuenta de que no puedes evitar que te caiga mal. No se te ocurre una buena razón para que no te caiga bien.

Esto es probable que ocurra cuando tu relación con ellos ha sido buena en general. O cuando te conocen ahora, son súper amables contigo. No entiendes qué fue mal con esta persona súper amable.

Si sigues explorando, al final te darás cuenta. Recordarás que hicieron algo que te hizo daño, aunque sólo fuera una pequeña cosa. Hacía tiempo que habías olvidado el motivo, pero estaba vivo y coleando en tu subconsciente.

5. Quieres esconderte de ti mismo

Las personas tienden a ocultar sus defectos y a ignorar las cualidades que necesitan desarrollar. Por eso, cuando se encuentran con alguien que tiene los mismos defectos que ellos o que posee las cualidades que ellos desean, vuelven a ocultarse.

Las personas que nos recuerdan nuestros defectos o cualidades deseadas son amenazadoras porque nos obligan a autorreflexionar. Al alejarlas, alejamos partes de nosotros mismos.

Por ejemplo:

  • Como persona maleducada, te desagradan las personas educadas.
  • Te falta confianza, y la gente con confianza te desanima.
  • Careces de autodisciplina y ves a las personas disciplinadas como extrañas o aburridas.

6. Sus no verbales están apagadas

Como la mayor parte de la comunicación interpersonal es no verbal, equivocarse puede influir mucho en el juicio de los demás.

Cuando conocemos a alguien, no dejamos de hacer juicios rápidos sobre él. Si muestra un lenguaje corporal abierto y acogedor, nos sentimos bien. Si muestra un lenguaje corporal cerrado, nos sentimos mal.

Nos apresuramos a clasificar a las personas en la categoría de "amigos" o "enemigos" porque, una vez más, la mente no quiere correr riesgos. Toma estas decisiones críticas basándose en información mínima obtenida del lenguaje corporal, las expresiones faciales y el tono de voz.

Al fin y al cabo, si confundes a un enemigo con un amigo o un bache con un vertido de petróleo, puedes meterte en un buen lío.

Thomas Sullivan

Jeremy Cruz es un psicólogo experimentado y autor dedicado a desentrañar las complejidades de la mente humana. Jeremy, apasionado por comprender las complejidades del comportamiento humano, ha estado involucrado activamente en la investigación y la práctica durante más de una década. Tiene un doctorado. en Psicología de una institución de renombre, donde se especializó en psicología cognitiva y neuropsicología.A través de su extensa investigación, Jeremy ha desarrollado una visión profunda de varios fenómenos psicológicos, incluidos la memoria, la percepción y los procesos de toma de decisiones. Su experiencia también se extiende al campo de la psicopatología, centrándose en el diagnóstico y tratamiento de los trastornos de salud mental.La pasión de Jeremy por compartir conocimientos lo llevó a establecer su blog, Comprender la mente humana. Al curar una amplia gama de recursos de psicología, su objetivo es brindar a los lectores información valiosa sobre las complejidades y los matices del comportamiento humano. Desde artículos que invitan a la reflexión hasta consejos prácticos, Jeremy ofrece una plataforma integral para cualquiera que busque mejorar su comprensión de la mente humana.Además de su blog, Jeremy también dedica su tiempo a la enseñanza de la psicología en una destacada universidad, nutriendo las mentes de los aspirantes a psicólogos e investigadores. Su atractivo estilo de enseñanza y su auténtico deseo de inspirar a otros lo convierten en un profesor muy respetado y solicitado en el campo.Las contribuciones de Jeremy al mundo de la psicología se extienden más allá de la academia. Ha publicado numerosos artículos de investigación en prestigiosas revistas, ha presentado sus hallazgos en conferencias internacionales y ha contribuido al desarrollo de la disciplina. Con su gran dedicación para avanzar en nuestra comprensión de la mente humana, Jeremy Cruz continúa inspirando y educando a lectores, aspirantes a psicólogos y colegas investigadores en su viaje para desentrañar las complejidades de la mente.