23 Características de una personalidad sabelotodo

 23 Características de una personalidad sabelotodo

Thomas Sullivan

Un sabelotodo es alguien que cree que lo sabe todo. Tiene opiniones firmes sobre casi todo y cree que siempre tiene razón. Este comportamiento molesta a los demás porque un sabelotodo es poco receptivo a los puntos de vista de los demás.

Otra razón por la que los sabelotodo son molestos, sobre todo para los que saben mucho, es que nadie puede saberlo todo. El conocimiento sigue surgiendo y evolucionando, así que no hay un "todo" que saber. Sólo puedes aumentar tus conocimientos, pero nunca puedes saberlo todo.

Características de un sabelotodo

Si observas la mayoría de estos rasgos en alguien, es probable que sea un sabelotodo.

1. Son inseguros

Una persona sabelotodo es fundamentalmente insegura sobre quién es. La inseguridad conduce a la inferioridad, y la inferioridad al desarrollo de un complejo de superioridad. Una persona sabelotodo cree que es superior en conocimientos a todos los demás.

2. Buscan llamar la atención

Ya sea por orden de nacimiento o por la forma en que fue educado, un sabelotodo puede haberse acostumbrado a ser el centro de atención. Al impartir sus conocimientos a la primera de cambio, tiene la oportunidad de ser el centro de atención.

3. Son narcisistas

El complejo de superioridad es el sello distintivo del narcisismo. Una persona que lo sabe todo es más encubierta en su narcisismo. Lo ocultan detrás de un rasgo que la sociedad valora: estar bien informado.

4. Son impulsivos

El impulso de meterse en las conversaciones e inyectar sus conocimientos puede ser abrumador para un sabelotodo, que carece del autocontrol necesario para ser paciente y dejar que los demás expresen su punto de vista.

5. No saben leer la habitación

Están tan ocupados demostrando su superioridad que pasan por alto las señales no verbales que emiten otras personas. Principalmente, pasan por alto las expresiones faciales de fastidio en los demás. Como resultado, no son conscientes de que están siendo molestos.

6. Su ego está ligado a sus conocimientos

Una persona sabelotodo puede haber construido toda su identidad en torno a sus conocimientos. Por ejemplo, puede ser un erudito o un profesor. Cuando uno se identifica fuertemente con algo, inevitablemente vincula su ego a ello.

Cuando eso ocurre, ya no se adquiere el conocimiento por el conocimiento, sino para aparece ...conocedor.

7. No saben que no saben

Es lo que les suele ocurrir a los novatos cuando se inician en un campo: adquieren algunos conocimientos y creen que eso es todo lo que hay que saber.

Conocido como efecto Dunning-Kruger, su falta de conciencia de que hay más cosas que saber les hace pensar que saben todo lo que hay que saber.

8. Hablan más, escuchan menos

Puesto que hablar es una forma de demostrar tus conocimientos, un sabelotodo no pierde la oportunidad de hablar, se mete en las conversaciones y expone sus opiniones aunque nadie se lo pida.

No saben escuchar, porque escuchar significa dejar de impartir conocimientos y aprender.

9. Están demasiado apegados a sus opiniones

Esto no sería así si su ego no estuviera ligado a sus opiniones, pero lo está, por lo que no están dispuestos a cambiar sus puntos de vista, ni siquiera con pruebas en contra.

10. Dominan las conversaciones

Intentan dominar todas las conversaciones. Apenas dejan hablar a los demás porque tienen que hacer el importante trabajo de demostrar sus conocimientos. Interrumpen y cambian de tema a su antojo.

Dirigirán las conversaciones hacia temas de los que tienen conocimientos o, al menos, la ilusión de que los tienen.

11. Ofrecen consejos y ayuda no solicitados

Los consejos no solicitados son siempre molestos, pero como una persona sabelotodo ignora la retroalimentación social, sigue ofreciéndolos. Se preocupa más por ser la persona superior que puede ayudar que por ayudar realmente.

Repiten consejos genéricos que han oído en alguna parte sin preocuparse de los detalles y de si son aplicables a la situación específica del destinatario.

12. Presumen de sus conocimientos

La gente suele presumir de aquello con lo que se identifica. No hay nada malo en identificarse con tus conocimientos, pero un sabelotodo exagera. De nuevo, es porque toda su identidad descansa sobre la base de ser un entendido. No tienen nada más de lo que presumir.

Ver también: Cómo dejar de ser superficial

13. Pescan argumentos

A una persona sabelotodo le aburren las discusiones y las conversaciones habituales. Le encantan las discusiones. Discute para ganar y demostrar que es superior en conocimientos frente a la búsqueda de la mejor solución posible o la verdad.

Parecen tener la habilidad de convertir el más mínimo desacuerdo en una discusión.

14. Los desacuerdos les amenazan

Es normal que los seres humanos se sientan un poco incómodos cuando alguien no está de acuerdo con ellos. Pero para un sabelotodo, el desacuerdo es similar a un ataque personal. Cuando no estás de acuerdo con ellos, inmediatamente piensan en ti como el enemigo al que tienen que derrotar, dando inicio a una discusión.

15. Los entendidos les amenazan

Para un sabelotodo, las personas que saben más que él son una gran amenaza para su ego, al igual que otros sabelotodos. Evitan relacionarse con estas personas para no quedar en evidencia por no saber tanto como dicen saber.

16. Odian a quienes les demuestran que están equivocados

A nadie le gusta que le demuestren que está equivocado, pero un sabelotodo detesta eso y a la persona que lo hace. No le has llevado a la luz si corriges a un sabelotodo o le demuestras que está equivocado; has destruido su mundo. Te despreciará por haberle quitado su principal o única fuente de aumento de ego.

17. No pueden admitir sus errores

Admitir errores y fracasos significaría que saben menos. En cambio, prefieren culpar a los demás de sus errores.

18. Son críticos

Se apresuran a tachar de "estúpidos" o "ignorantes" a quienes no están de acuerdo con ellos.

Ver también: Cómo superar la relación con un ex (7 consejos)

19. Les gusta corregir a los demás

No les gusta que les corrijan, pero les gusta corregir a los demás. No hay nada malo en corregir a los demás cuando se equivocan, pero un sabelotodo lo hace de forma condescendiente y socialmente inapropiada.

Se reirán con tono de superioridad y actuarán como si fueras tonto por haber cometido el error que cometiste. Señalarán públicamente tus fallos porque quieren humillarte más que corregirte.

20. No se les puede enseñar

Sientes que no puedes enseñar nada a una persona que lo sabe todo porque es muy reacia a aprender. Ser enseñable significaría que no lo sabe todo, y es duro para ellos estar en esa posición.

21. No se mantienen en su carril

Siendo realistas, no se puede ser experto en más de dos áreas, y mucho menos en todo. Un sabelotodo opinará sobre temas y asuntos sobre los que no tiene por qué opinar.

No se mantienen en su carril y pontifican sobre cualquier cosa que esté de moda. Además, no tienen en cuenta las opiniones de los verdaderos expertos que han dedicado años a estudiar un área.

22. Responden a sus propias preguntas

Es raro, molesto y divertido al mismo tiempo. Te harán una pregunta y la responderán ellos mismos porque en realidad no te están interrogando para escuchar tu respuesta. Te están interrogando para dar ellos mismos la oportunidad de demostrar sus conocimientos.

23. No paran de divagar

Un sabelotodo divaga sin parar porque le da la oportunidad de demostrar la amplitud y profundidad de sus conocimientos. Tocará temas no relacionados en sus divagaciones para demostrar que sabe mucho.

Divagar y utilizar palabras rimbombantes ayuda a una persona sabelotodo a parecer un pensador profundo. También le ayuda a dominar la conversación. Cuando divagas, niegas a la otra parte la oportunidad de hablar.

Algunos de ellos sí piensan con profundidad, pero no con claridad. Cuando los escuchas, tienes la sensación de haber aprendido mucho, pero nada sustancial al mismo tiempo.

Thomas Sullivan

Jeremy Cruz es un psicólogo experimentado y autor dedicado a desentrañar las complejidades de la mente humana. Jeremy, apasionado por comprender las complejidades del comportamiento humano, ha estado involucrado activamente en la investigación y la práctica durante más de una década. Tiene un doctorado. en Psicología de una institución de renombre, donde se especializó en psicología cognitiva y neuropsicología.A través de su extensa investigación, Jeremy ha desarrollado una visión profunda de varios fenómenos psicológicos, incluidos la memoria, la percepción y los procesos de toma de decisiones. Su experiencia también se extiende al campo de la psicopatología, centrándose en el diagnóstico y tratamiento de los trastornos de salud mental.La pasión de Jeremy por compartir conocimientos lo llevó a establecer su blog, Comprender la mente humana. Al curar una amplia gama de recursos de psicología, su objetivo es brindar a los lectores información valiosa sobre las complejidades y los matices del comportamiento humano. Desde artículos que invitan a la reflexión hasta consejos prácticos, Jeremy ofrece una plataforma integral para cualquiera que busque mejorar su comprensión de la mente humana.Además de su blog, Jeremy también dedica su tiempo a la enseñanza de la psicología en una destacada universidad, nutriendo las mentes de los aspirantes a psicólogos e investigadores. Su atractivo estilo de enseñanza y su auténtico deseo de inspirar a otros lo convierten en un profesor muy respetado y solicitado en el campo.Las contribuciones de Jeremy al mundo de la psicología se extienden más allá de la academia. Ha publicado numerosos artículos de investigación en prestigiosas revistas, ha presentado sus hallazgos en conferencias internacionales y ha contribuido al desarrollo de la disciplina. Con su gran dedicación para avanzar en nuestra comprensión de la mente humana, Jeremy Cruz continúa inspirando y educando a lectores, aspirantes a psicólogos y colegas investigadores en su viaje para desentrañar las complejidades de la mente.