Personalidad altamente conflictiva (Guía detallada)

 Personalidad altamente conflictiva (Guía detallada)

Thomas Sullivan

A grandes rasgos, podemos clasificar a las personas en tres tipos en función de cómo abordan los conflictos:

1. Evitadores de conflictos

Son personas que intentan evitar todos los conflictos, lo que suele ser una mala estrategia y demuestra debilidad.

2. Personalidades neutrales

Personas que sólo eligen conflictos que merecen la pena. Entienden que algunas batallas merecen la pena y otras no.

3. Personalidades muy conflictivas

Una personalidad muy conflictiva busca el conflicto todo el tiempo. Tienen la costumbre de meterse en conflictos innecesarios. Se pelean con la mayoría de la gente la mayor parte del tiempo y parecen más interesados en intensificar los conflictos que en reducirlos o resolverlos.

Las personalidades muy conflictivas pueden ser difíciles de tratar. Tenga en cuenta que pueden tener o no una razón válida para meterse en conflictos. Pero esa no es la cuestión aquí. La cuestión aquí es que tienen un tendencia a meterse en discusiones y peleas. Son vistos por los demás como pendencieros.

En la mayoría de los casos, sus reacciones ante los conflictos son de confrontación desproporcionada.

Síntomas de personalidad muy conflictiva

Conocer los signos de una personalidad muy conflictiva te permitirá identificar a estas personas en tu vida. Una vez las hayas identificado, podrás manejarlas mejor y no caer en su jueguecito.

Además, tener en cuenta estas señales te ayudará a seleccionar a las nuevas personas que conozcas. Es mucho mejor no involucrarse con una persona muy conflictiva desde el principio que tener que lidiar con los problemas que cause más adelante.

A continuación se enumeran los principales síntomas de una personalidad muy conflictiva:

1. Se mete en conflictos más que la media de las personas

Esta es una obviedad. Es la definición misma de una personalidad muy conflictiva. Seguro que se te ocurren personas en tu vida que son más conflictivas que otras. Suelen ser las que inician y agravan los conflictos.

Ver también: Cuando cada conversación se convierte en una discusión

Por ejemplo, cada vez que hay un conflicto en tu familia, te habrás dado cuenta de que siempre es entre esta persona y otra.

Supongamos que en su familia hay cuatro miembros: A, B, C y D. Si A se pelea más con B, C y D que B, C y D entre sí, puede estar seguro de que A tiene una personalidad muy conflictiva.

2. Culpar constantemente a los demás

Las personalidades muy conflictivas suelen iniciar un conflicto culpando a los demás. La mayoría de las veces, la culpa es injustificada. Aunque su queja sea legítima, arruinan sus posibilidades de interacción y resolución sanas culpando a los demás.

Culpar es atacar a la otra persona. Ni más ni menos. Los que son culpados se defienden o devuelven la culpa. El conflicto se agrava y oímos todos los gritos.

Culpar no es deseable, aunque la otra persona tenga la culpa. En su lugar, abordar la cuestión con educación y dejar que la otra persona se explique es una estrategia mucho mejor.

Las personas muy conflictivas no sólo culpan cuando la culpa está justificada, sino también cuando es injustificada. Peor aún, ¡incluso pueden culpar a los demás de sus propios errores! Al mismo tiempo, no les gusta aceptar la responsabilidad de sus propias faltas.

3. Mentalidad de víctima

Tener una mentalidad de víctima ayuda a las personas muy conflictivas a darse excusas válidas para pelearse. Siempre es culpa de la otra persona, ellos son las víctimas. No ven cómo pueden haber contribuido al problema.

4. Pensar todo o nada

Las personalidades muy conflictivas dominan el pensamiento de "todo o nada", también llamado "blanco o negro". Ven el mundo en términos de opuestos absolutos y extremos. No hay término medio, ni zonas grises.

Así, en su visión sesgada del mundo, las personas son todas buenas o todas malas. Haz una buena acción, y te considerarán un ángel. Haz una mala acción, y te convertirán en el diablo.

Por ejemplo:

"Cariño, creo que me cortaré el pelo corto".

Si les gusta tu pelo largo, dirán:

"¿Por qué no te quedas calvo entonces?"

"Hoy voy a ver a un amigo de la universidad".

"¿Por qué no te acuestas con ella también?"

5. Tratar el conflicto como algo normal

Los conflictos surgen en las relaciones, pero no tienen por qué. La mayoría pueden evitarse o resolverse rápidamente. Cuando entras en una relación con la mentalidad de que el conflicto es normal e inevitable, puedes empezar a buscar conflictos.

Para una personalidad muy conflictiva, un período de sequía sin conflictos es anormal, ya que cree que tiene que seguir luchando para que la relación sea normal.

A las personalidades neutrales no les gustan los conflictos y eligen sus batallas con cuidado. Una vez que las eligen, tratan de ponerles fin lo antes posible. Se recuperan rápidamente de un conflicto y hacen planes para evitarlo en el futuro. No creen que alargar los conflictos eternamente sea normal.

6. Falta de capacidad de comunicación y de toma de perspectiva

Se trata más de cómo dice algo una persona muy conflictiva que de lo que dice en realidad. Como ya se ha dicho, puede tener una queja válida, pero la estropea siendo descortés y atacando.

Tienen un tono dominante, controlador y de mando al que los demás se resisten de forma natural, lo que provoca conflictos.

Además, las personas muy conflictivas tienen problemas para ver las cosas desde la perspectiva de la otra persona y son propensas al error de atribución fundamental (culpar a las personas frente a las situaciones) y al sesgo del actor-observador (ver las cosas sólo desde la propia perspectiva).

Una vez, una persona muy conflictiva que conozco estaba muy ocupada con algunas cosas. Recibió una llamada de una compañera de trabajo. Cortó la llamada inmediatamente y estaba visiblemente irritada. Dijo:

"Estos idiotas siempre te molestan cuando estás ocupado. No piensan en ti para nada, que puedes estar ocupado con algo".

Dije:

"Pero... ¿cómo es posible que sepan que estás ocupado ahora mismo? No se lo has dicho".

Por supuesto, estaba demasiado emocionada para tener en cuenta mi punto de vista. Siguió despotricando durante un rato antes de que mi punto de vista finalmente calara.

7. Falta de control emocional y conductual

Las personalidades altamente conflictivas se desencadenan y enfadan con facilidad. Parecen tener poco control sobre sus emociones. A veces tienen arrebatos públicos de ira, avergonzando a sus compañeros y cogiendo a los demás por sorpresa.

Suelen ser los primeros que se ponen violentos en una discusión y se tiran los trastos a la cabeza.

8. Falta de autoconciencia y autorreflexión

La mayor parte de lo que hacen las personas muy conflictivas es inconsciente. Carecen de percepción de su propio comportamiento. La autoconciencia y la autorreflexión son las puertas de entrada al cambio. Que las personas muy conflictivas no cambien con el tiempo nos indica que carecen de ambas.

¿Cuáles son las causas de una personalidad muy conflictiva?

¿Qué hace que las personas conflictivas sean como son? ¿Cuáles son sus motivos subyacentes?

Las personalidades altamente conflictivas pueden estar moldeadas por una o más de las siguientes fuerzas:

1. Agresión

Algunas personas son naturalmente más agresivas que otras. Esto tiene que ver con sus altos niveles basales de testosterona. Les gusta dominar a la gente y empujarla para salirse con la suya.

2. Hambre de poder

Atacar a las personas y obligarlas a defenderse te da una sensación de poder y superioridad sobre ellas. Son estos agradables sentimientos de superioridad los que podrían ser la fuerza impulsora del comportamiento conflictivo de alguien.

3. Drama y emoción

A los seres humanos nos gustan el drama y las emociones fuertes. Hacen que la vida sea picante y emocionante. A las mujeres les gusta especialmente el drama y los conflictos interpersonales. Hace poco me llevé el susto de mi vida cuando le pregunté a una mujer por qué se metía en conflictos insignificantes con su marido. Admitió que le parecía divertido. Se le escapaba.

Por supuesto, las mujeres no lo admiten directamente, pero el gran número de mujeres que disfrutan con los dramas y las telenovelas debería darte una pista.

Sospecho que, al igual que los hombres ven deportes para "perfeccionar" sus habilidades de caza, las mujeres ven teatro para perfeccionar sus habilidades interpersonales.

4. Inseguridad

En una relación, la persona insegura puede intentar mantener a la otra bajo su control con peleas y amenazas constantes. El objetivo es controlar el comportamiento de la pareja a través del miedo. También es probable que tengan un estilo de apego inseguro.

5. Encubrimiento

Algunas personas presentan una imagen de pendencieros para encubrir algo que no quieren que los demás vean. Al fin y al cabo, si la gente te ve pendenciero, no se meterán contigo, no se atreverán a abrir ese armario de esqueletos que tienes detrás.

Por ejemplo, en un lugar de trabajo, las personas incompetentes suelen ser las más pendencieras. Es su estrategia para ocultar lo incompetentes que son.

6. Cólera desplazada

Algunas personas tienen mucha rabia en su interior. Pueden estar enfadadas consigo mismas, con los demás, con el mundo, o con todo ello. Empezar conflictos con la gente se convierte en su estrategia para descargar su rabia. Son como..:

"Si yo me siento fatal, tú también deberías".

Es posible que hayas notado que te vuelves más irritable cuando estás enfadado. Te enfadas con la gente por nada, descargando tu ira. Para las personas muy conflictivas, es algo habitual.

7. Trastornos de la personalidad

Algunos trastornos de la personalidad hacen que las personas se comporten de formas que las hacen más propensas a los conflictos. Por ejemplo, una persona con trastorno histriónico de la personalidad tiene tendencia a ser excesivamente dramática. Del mismo modo, una persona con trastorno límite de la personalidad es más propensa a dejarse llevar por el pensamiento en blanco y negro.

8. Traumatismos

Es probable que las personas muy conflictivas hayan pasado por algún tipo de trauma en su primera infancia. Este trauma redujo su umbral de percepción de amenazas. Como resultado, ven amenazas donde no las hay, o donde las amenazas son mínimas e intrascendentes.

Esta constante sensación de peligro les hace estar a la defensiva. La actitud defensiva les hace culpar a la gente y atacarles preventivamente.

Tratar con una personalidad muy conflictiva

A menos que le guste verse arrastrado a discusiones y peleas, aprender a tratar con personalidades muy conflictivas es fundamental. A continuación se exponen algunas estrategias eficaces:

1. Comunicación asertiva

Cuando te culpan, te atacan, y es tentador devolver el ataque. Esto crea un círculo vicioso, y antes de que te des cuenta, te ves arrastrado a la escalada.

La clave está en afrontar la situación de forma asertiva, no agresiva. Diles educadamente que no te gusta que te culpen. Hazles preguntas en un tono no defensivo, como por ejemplo

"¿Por qué haces esto?"

Ver también: Por qué los recién enamorados no paran de hablar por teléfono

"¿Qué quieres?"

Presta atención a tu tono y a tu lenguaje corporal. Lo ideal es que nada en ellos comunique agresividad o actitud defensiva, lo que debería bastar para obligarles a frenar su ataque y autorreflexionar.

2. Desvinculación

Cuando sabes que son un caso perdido y que nunca podrán reflexionar sobre sí mismos, la mejor estrategia es desentenderse. Simplemente les ignoras y no les dedicas nada. Escuchas lo que tienen que decir, sonríes y sigues haciendo lo que estabas haciendo.

Sin atacar atrás y sin defender.

Piensa que intentan cebarte con su ataque. Si muerdes, caerás en su trampa antes de que te des cuenta.

Eden Lake (2008) es un buen ejemplo de cómo un conflicto innecesario podría haberse evitado con una simple desconexión.

3. Calmar sus temores

Recuerda que las personas muy conflictivas están percibiendo más miedo del que hay que temer. Si consigues averiguar de qué tienen tanto miedo, podrás calmar sus temores y sus ganas de pelear desaparecerán.

A veces estos temores son obvios, y a veces no. En este último caso, tendrás que hacer algunas averiguaciones.

Por ejemplo, decirle a tu mujer que la amiga de la universidad con la que has quedado está prometida puede calmar sus temores de que la engañes.

A veces hay que pensar en formas ingeniosas de calmar sus miedos. Otras veces, es muy sencillo. Basta con reconocer su miedo y hacerle saber que te vas a asegurar de que no ocurra.

Fíjese en que esta estrategia difiere de intentar convencerles de que su miedo es irracional o exagerado. Eso no va a funcionar en la mayoría de los casos.

4. Distánciate

Cuanto más cerca estés de una persona muy conflictiva, más probable es que te convierta en el blanco de sus culpas. Si ya estás en una relación con una persona muy conflictiva, distanciarte es una buena idea. No tienes que romper completamente la relación.

Si detectas rasgos muy conflictivos en un conocido, mantenlo como tal y no dejes que entre en tus círculos íntimos.

5. Utilizar respuestas BIFF

Bill Eddy, autor de 5 tipos de personas que pueden arruinar tu vida , recomienda utilizar respuestas BIFF para hacer frente a los ataques de personas muy conflictivas:

  • Breve

Las personas muy conflictivas tienen la costumbre de aferrarse a lo que dices y convertirlo en un conflicto. La solución: no les des mucho a lo que aferrarse. Mantener tus respuestas breves puede evitar la escalada.

  • Informativo

Proporcione información neutra y objetiva ante la que no puedan reaccionar emocionalmente. Responda en un tono neutro, sin atacar ni ponerse a la defensiva.

  • Friendly

Di algo amistoso para calmar su ataque. Por ejemplo:

"Gracias por su opinión".

Es tentador decirlo en tono sarcástico, pero no lo hagas, a menos que no te importe tu relación con ellos. El sarcasmo puede agravar el conflicto y hacer que alberguen resentimiento contra ti.

  • Firme

Cuando rechazas sus ataques, las personas muy conflictivas pueden intentar atraerte con más fuerza. Pueden intensificar su ataque, seguir atacándote o exigirte más información. Tu respuesta tiene que ser breve y firme. Evita revelar más cosas para que puedan agarrarse a ti.

Thomas Sullivan

Jeremy Cruz es un psicólogo experimentado y autor dedicado a desentrañar las complejidades de la mente humana. Jeremy, apasionado por comprender las complejidades del comportamiento humano, ha estado involucrado activamente en la investigación y la práctica durante más de una década. Tiene un doctorado. en Psicología de una institución de renombre, donde se especializó en psicología cognitiva y neuropsicología.A través de su extensa investigación, Jeremy ha desarrollado una visión profunda de varios fenómenos psicológicos, incluidos la memoria, la percepción y los procesos de toma de decisiones. Su experiencia también se extiende al campo de la psicopatología, centrándose en el diagnóstico y tratamiento de los trastornos de salud mental.La pasión de Jeremy por compartir conocimientos lo llevó a establecer su blog, Comprender la mente humana. Al curar una amplia gama de recursos de psicología, su objetivo es brindar a los lectores información valiosa sobre las complejidades y los matices del comportamiento humano. Desde artículos que invitan a la reflexión hasta consejos prácticos, Jeremy ofrece una plataforma integral para cualquiera que busque mejorar su comprensión de la mente humana.Además de su blog, Jeremy también dedica su tiempo a la enseñanza de la psicología en una destacada universidad, nutriendo las mentes de los aspirantes a psicólogos e investigadores. Su atractivo estilo de enseñanza y su auténtico deseo de inspirar a otros lo convierten en un profesor muy respetado y solicitado en el campo.Las contribuciones de Jeremy al mundo de la psicología se extienden más allá de la academia. Ha publicado numerosos artículos de investigación en prestigiosas revistas, ha presentado sus hallazgos en conferencias internacionales y ha contribuido al desarrollo de la disciplina. Con su gran dedicación para avanzar en nuestra comprensión de la mente humana, Jeremy Cruz continúa inspirando y educando a lectores, aspirantes a psicólogos y colegas investigadores en su viaje para desentrañar las complejidades de la mente.