Cómo ser más maduro: 25 maneras eficaces

 Cómo ser más maduro: 25 maneras eficaces

Thomas Sullivan

¿Le han dicho alguna vez lo siguiente?

"No seas tan niño."

"Eres un bebé."

"¿Qué tienes, 8 años?"

"¡Por favor, madura!"

Si has recibido estas frases a menudo, lo más probable es que hayas mostrado comportamientos inmaduros. A ningún adulto le gusta que le consideren inmaduro.

En este artículo, desglosaremos el concepto de madurez, lo diferenciaremos de la inmadurez y enumeraremos cómo puedes actuar de forma más madura.

La madurez puede definirse como mostrar comportamientos propios de los adultos. La inmadurez, por tanto, es no mostrar comportamientos propios de los adultos. En otras palabras, ser inmaduro es mostrar comportamientos propios de los niños.

Digo "por lo general" porque en ambos grupos hay casos atípicos: niños que actúan con madurez y adultos que actúan con inmadurez.

En términos generales, la madurez es de dos tipos:

  1. Intelectual = Madurez intelectual es pensar como un adulto, lo que se refleja en tus palabras y acciones.
  2. Emocional = La madurez emocional consiste en ser emocionalmente consciente e inteligente. Se refleja en tu relación sana contigo mismo y con los demás.

¿Por qué ser más maduro?

Si alguna vez te han llamado inmaduro, es muy probable que tengas problemas en tu carrera y en tus relaciones. Los comportamientos de los niños son propios de la infancia. Los niños tienen capacidades intelectuales y emocionales limitadas.

A medida que los niños atraviesan las distintas etapas del desarrollo cognitivo, se vuelven más y más avanzados cognitiva y emocionalmente. Cuando se convierten en adultos, adquieren las habilidades necesarias para desenvolverse en la vida adulta.

Por supuesto, esto sólo es cierto en el caso de un desarrollo normal y sano. No todos pasan por este desarrollo psicológico sano. Un ejemplo: las personas que son niños atrapados en cuerpos de adultos.

Freud definió acertadamente la madurez como la capacidad de amar y trabajar.

Las personas que saben amar y trabajar aportan valor a la sociedad. Por eso se las respeta y admira. Tienen toneladas de experiencia y conocimientos que pueden compartir con los miembros más jóvenes de la sociedad.

En resumen, parecer inmaduro no es bueno. Lo sabes instintivamente, o no te enfadarías tanto cuando alguien te llama inmaduro.

Para que te vaya bien en la vida, tienes que ser maduro. Tienes que ayudar a la gente y tratarla bien. Tienes que convertirte en un miembro valioso de la sociedad. Esta es la forma de aumentar la autoestima.

La autoestima no se eleva mirándose al espejo y diciéndose a uno mismo que es suficiente (¿qué significa eso?). Se eleva a través de la contribución.

Equilibrio entre madurez e inmadurez

Teniendo en cuenta lo que hemos comentado hasta ahora, resulta tentador pensar que todos los comportamientos asociados a los niños son malos, lo cual no es cierto.

Si descartas todas tus tendencias infantiles, te convertirás en un adulto demasiado serio y aburrido. La gente te dirá que te lo tomes con calma. Si sigues siendo inmaduro como un niño sin desarrollar ninguna madurez, te dirán que madures.

Hay que dar en el clavo entre la inmadurez y la madurez. La estrategia ideal es descartar todos los malos comportamientos asociados a los niños y quedarse con los positivos.

Si puedes conservar la curiosidad infantil, la creatividad, el humor, la voluntad de cometer errores, la ilusión y la experimentación, estupendo.

Todos estos rasgos son excelentes, pero como se asocian a los niños, hay que equilibrarlos con la dosis adecuada de madurez, o la gente no te respetará.

Cuando muestran entusiasmo (un rasgo infantil), un empresario o artista famoso es aclamado como un genio.

"¡Míralo! ¡Qué ilusionado está con su idea! ¡Tenemos mucha suerte de contar con él!".

"Gracias a Dios que ha conservado a su niño interior. No muchos pueden hacer esto".

Si una persona normal muestra el mismo nivel de excitación, la llaman "loca" e "inmadura":

"No va a funcionar. ¡Madura! "

"¿Por qué? ¿te emocionas como un niño por esto? Sólo estás haciendo castillos en el aire".

El empresario o artista famoso ya ha demostrado su valía. Ya ha demostrado que es fiable y responsable como un adulto gracias a su éxito. Su madurez inducida por el éxito equilibra su inmadurez.

La persona normal no tiene con qué equilibrar su inmadurez.

Del mismo modo, es muy entrañable ver a personas de 70 u 80 años rockeando al ritmo del heavy metal en su coche. Sabemos que son lo suficientemente maduros, por haber vivido tantos años. Pueden deslizar algo de inmadurez sin parecer demasiado inmaduros.

Si una persona de 30 años se emociona demasiado con el nuevo álbum de música que acaba de comprar, no puedes evitar pensar que necesita actuar con un poco más de madurez.

Cómo ser más maduro: descartar los rasgos infantiles

Aunque algunos comportamientos positivos se asocian a los niños, hay un montón que son negativos y deben ser descartados por los adultos. El objetivo es hacer lo contrario de lo que hacen los niños.

A continuación voy a enumerar las distintas maneras de actuar de forma más madura, contrastándolas con los comportamientos inmaduros de los niños cuando pueda.

1. Piensa con madurez

Todo empieza con la mente. Se reflejará en tus palabras y acciones si piensas en cosas serias, profundas y maduras. El nivel más alto de pensamiento es pensar en ideas. Esa cita que dice algo así como: "Las grandes mentes discuten ideas; las mentes pequeñas discuten personas" da en el clavo.

Los niños apenas piensan en ideas profundas. Les preocupa más lo que les cuentan sus amigos en el colegio. Les interesan más los cotilleos y los rumores.

2. Controla tus emociones y acciones

Las personas maduras tienen un control razonable sobre sus emociones. Apenas hacen cosas bajo la influencia de emociones intensas. Esto no significa que no sientan emociones fuertes. Todos las sentimos. Sólo que son mejores que la media de las personas a la hora de gestionar esas emociones.

Se toman el tiempo necesario para pensar en las consecuencias de sus actos. No enloquecen ni tienen arrebatos públicos.

Las personas inmaduras, como los niños, apenas tienen control sobre sus emociones y acciones, y no tienen problemas para hacer berrinches en público.

3. Desarrollar la inteligencia emocional

La inteligencia emocional consiste en ser consciente de las emociones y comprenderlas. Las personas maduras suelen estar en contacto con sus propias emociones y las de los demás, lo que les permite ser empáticas y comprender las necesidades de los demás.

Los niños pueden mostrar comportamientos empáticos, pero su egoísmo suele anular su empatía. Son egocéntricos y tienden a anteponer sus necesidades. Quieren ese juguete nuevo cueste lo que cueste.

4. Juntarse con gente madura

La personalidad se contagia. Eres la persona con la que sales. Puede que te hayas dado cuenta de que cuando te acercas y empiezas a salir con esa nueva persona que no es como tú, con el tiempo te vuelves como ella.

Pasar tiempo con gente más madura que tú es probablemente la forma más fácil de madurar. Ocurrirá automáticamente y sentirás que no has tenido que esforzarte.

5. Tener un propósito

Los adultos tienden a tener un propósito en lo que hacen. Uno de los signos más destacados de madurez es saber hacia dónde vas en la vida. Como dijo Stephen Covey: "Empieza con el fin en mente". No empezar con el fin en mente es una receta para ser empujado en diferentes direcciones y no llegar a tu destino.

Los niños no parecen tener un propósito en lo que hacen porque aún están experimentando y aprendiendo.

6. Sé persistente

Después de haber empezado con el fin en mente, lo siguiente que hay que hacer con madurez es ser persistente hasta alcanzar la meta.

Los inmaduros y los niños eligen una cosa, la dejan y luego eligen otra.

7. Ten paciencia

La paciencia y la persistencia van de la mano. No se puede ser persistente sin ser paciente. Tu niño interior quiere las cosas ya.

"¡Dame ese caramelo ahora!"

Darse cuenta de que algunas cosas llevan su tiempo y retrasar la gratificación son los signos más claros de madurez.

8. Construye tu propia identidad

Una consecuencia natural de pasar por las distintas etapas del desarrollo psicológico es que uno se forja una identidad, no la que sus padres o la sociedad intentan desarrollar para él, sino la suya propia.

Construir una identidad" suena vago, lo sé. Significa que sabes quién eres y lo que quieres. Conoces tus puntos fuertes, tus puntos débiles, tu propósito y tus valores.

Los niños son más o menos iguales porque aún no han tenido la oportunidad de construir su propia identidad (eso ocurre primero en la adolescencia). Es raro encontrar un niño con intereses y personalidades únicos.

9. Escuchar más, hablar menos

En un mundo en el que la gente no para de soltar opiniones sobre cualquier cosa, pareces más maduro cuando sopesas lo que dices. Cuando escuchas más, comprendes más. Ser comprensivo es un signo de madurez intelectual.

Los niños se pasan el día parloteando de cosas, a menudo sin tener ni idea de lo que hablan.

10. Aprender comportamientos socialmente adecuados

La madurez consiste en saber qué decir y cuándo. Ser tonto y hacer bromas con los amigos está bien, pero no lo hagas en una situación seria, como una entrevista de trabajo o un funeral. Las personas maduras saben "leer la sala" y percibir el estado de ánimo dominante en el grupo.

Como confirmaría cualquier padre, enseñar a los niños comportamientos socialmente adecuados es un trabajo infernal.

11. Tratar a los demás con respeto

Las personas maduras tienen la decencia humana básica de tratar a los demás con respeto. Son respetuosas por defecto y esperan que los demás hagan lo mismo. No levantan la voz a los demás ni los humillan en público.

Ver también: Test de control de la personalidad

12. No amenaces a la gente

La gente madura influye y persuade a los demás para conseguir lo que quiere. La gente inmadura amenaza e intimida a los demás. Madurez es darse cuenta de que los demás pueden elegir como quieran y no imponerles tus exigencias.

Los niños siguen exigiendo cosas a sus padres, a veces recurriendo al chantaje emocional.

13. Aceptar las críticas

No todas las críticas están cargadas de odio. Las personas maduras comprenden la importancia de las críticas. Las consideran una retroalimentación inestimable. Aunque las críticas estén cargadas de odio, la madurez consiste en aceptarlas. La gente tiene derecho a odiar a quien quiera.

14. No te tomes las cosas como algo personal

La mayoría de las cosas que te tomas como algo personal no son ataques. Detente siempre e investiga más antes de tomarte las cosas como algo personal. Normalmente, la gente no se levanta todos los días para hacer daño a los demás. Tienen sus propios motivos para hacer lo que hacen. La madurez consiste en intentar averiguar esos motivos.

Los niños son egoístas y creen que el mundo gira a su alrededor, al igual que los adultos, que se toman todo como algo personal.

15. Reconoce tus errores y discúlpate

La madurez consiste en renunciar a la necesidad de tener siempre la razón. Todos cometemos errores. Cuanto antes los asumas, mejor para todos.

La respuesta instantánea de los niños cuando se les pilla es algo así como: "Yo no he sido, ha sido mi hermano". Algunas personas arrastran esta mentalidad de "yo no he sido" hasta la edad adulta.

16. Ser autosuficiente

Los adultos son personas que asumen responsabilidades. Hacen cosas por sí mismos y ayudan a los más jóvenes. Si no haces cosas por ti mismo y no desarrollas habilidades para la vida, es probable que te sientas y parezcas menos adulto.

17. Desarrollar la asertividad

La asertividad consiste en defenderte a ti mismo y a los demás sin ser agresivo. Ser sumiso o agresivo es fácil, pero ser asertivo requiere habilidad y madurez.

18. Deja de llamar la atención

Los buscadores de atención no soportan que alguien les robe la atención y hacen cosas escandalosas, como publicar cosas muy personales o chocantes en las redes sociales para llamar la atención.

Por supuesto, los niños hacen todo tipo de locuras para llamar la atención.

Los delincuentes adultos que hacen travesuras no son diferentes. Quieren estar constantemente en el punto de mira de los medios de comunicación. Lo mismo ocurre con los famosos que no dejan de hacer cosas escandalosas y polémicas.

19. Libérate del sesgo optimista

Ser positivo es excelente, pero las personas maduras se alejan de la esperanza ciega. No tienen expectativas poco realistas de sí mismas ni de los demás.

Los niños bullen de esperanza irracional2.

20. Evita quejarte y culpar

Las personas maduras entienden que quejarse y culpar no solucionan nada. Superan sus problemas con estrategia y acción. Dicen: "Vale, ¿qué podemos hacer al respecto?", en lugar de perder el tiempo con cosas que no pueden controlar.

21. Ver las cosas desde la perspectiva de los demás

Quizá el rasgo más adulto de todos sea la capacidad de ver las cosas desde el punto de vista de los demás. Las personas somos propensas al sesgo del actor-observador, que afirma que no podemos ver las cosas desde la perspectiva de los demás porque no estamos en sus cabezas.

Ver también: Gestos con las manos: el pulgar en el lenguaje corporal

Pero no es difícil de superar si lo intentas. Sólo tienes que ponerte en su lugar.

Los niños no saben que los demás tienen mente propia hasta los tres años.

Hay que recordar a la gente que vea las cosas desde el punto de vista de los demás, lo que revela que nuestra psicología por defecto está orientada a preocuparnos únicamente por nuestro punto de vista.

22. Tener una mentalidad beneficiosa para todos

Las personas maduras entienden que no pueden llegar lejos explotando a los demás. Suelen abordar los negocios, las relaciones y la vida con una mentalidad en la que todos ganan. La madurez consiste en ser justo con uno mismo y con los demás.

23. Desarrollar la humildad intelectual

La modestia es un rasgo de madurez. Aunque ser modesto en muchas cosas es fácil, ser humilde intelectualmente no lo es.

Las personas se apegan fácilmente a sus ideas y opiniones. Progresarán en otras áreas de la vida, pero rara vez progresarán mentalmente.

La humildad intelectual es saber que no se sabe. Es ser receptivo a la información nueva si contradice la que ya se tiene en la mente.

24. Visión de conjunto

Las personas maduras intentan ver las cosas en su conjunto. No tienen opiniones tajantes sobre las cosas. Se sienten cómodas con las contradicciones y complejidades del mundo.

No se apresuran a tomar partido en una pelea o una discusión, sino que entienden de dónde vienen ambas partes.

25. Gestionar los fracasos como un profesional

Las personas maduras se dan permiso para fracasar y cometer errores. Entienden que el fracaso es una retroalimentación.

No le dan importancia a sus errores porque saben que los humanos son propensos a cometerlos. Se caen, se frotan la suciedad de la camisa y siguen adelante.

Referencias

  1. Hogan, R., & Roberts, B. W. (2004). Un modelo socioanalítico de madurez. Revista de Evaluación Profesional , 12 (2), 207-217.
  2. Bjorklund, D. F. (1997): El papel de la inmadurez en el desarrollo humano. Boletín psicológico , 122 (2), 153.

Thomas Sullivan

Jeremy Cruz es un psicólogo experimentado y autor dedicado a desentrañar las complejidades de la mente humana. Jeremy, apasionado por comprender las complejidades del comportamiento humano, ha estado involucrado activamente en la investigación y la práctica durante más de una década. Tiene un doctorado. en Psicología de una institución de renombre, donde se especializó en psicología cognitiva y neuropsicología.A través de su extensa investigación, Jeremy ha desarrollado una visión profunda de varios fenómenos psicológicos, incluidos la memoria, la percepción y los procesos de toma de decisiones. Su experiencia también se extiende al campo de la psicopatología, centrándose en el diagnóstico y tratamiento de los trastornos de salud mental.La pasión de Jeremy por compartir conocimientos lo llevó a establecer su blog, Comprender la mente humana. Al curar una amplia gama de recursos de psicología, su objetivo es brindar a los lectores información valiosa sobre las complejidades y los matices del comportamiento humano. Desde artículos que invitan a la reflexión hasta consejos prácticos, Jeremy ofrece una plataforma integral para cualquiera que busque mejorar su comprensión de la mente humana.Además de su blog, Jeremy también dedica su tiempo a la enseñanza de la psicología en una destacada universidad, nutriendo las mentes de los aspirantes a psicólogos e investigadores. Su atractivo estilo de enseñanza y su auténtico deseo de inspirar a otros lo convierten en un profesor muy respetado y solicitado en el campo.Las contribuciones de Jeremy al mundo de la psicología se extienden más allá de la academia. Ha publicado numerosos artículos de investigación en prestigiosas revistas, ha presentado sus hallazgos en conferencias internacionales y ha contribuido al desarrollo de la disciplina. Con su gran dedicación para avanzar en nuestra comprensión de la mente humana, Jeremy Cruz continúa inspirando y educando a lectores, aspirantes a psicólogos y colegas investigadores en su viaje para desentrañar las complejidades de la mente.